“La reproducción es, desde el punto de vista fisiológico, una función que requiere un gran esfuerzo orgánico, por lo tanto, su éxito dependerá en buena medida del correcto nivel nutricional de la madre” (Hutter, 1991)
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La gestación y la lactancia, son épocas cruciales en la vida reproductiva de una hembra, cuyo éxito depende en gran medida de que la madre reciba; una alimentación apropiada de acuerdo a sus requerimientos nutricionales.
La madre se debe encontrar en un peso y condición corporal óptimos, y debe recibir la nutrición adecuada incluso antes del apareamiento, ya que, de lo contrario, los neonatos podrían tener un bajo peso al nacer y se aumentarían sus índices de mortalidad. Por otro lado, el sobrepeso en la madre podría predisponer al desarrollo de fetos muy grandes y, por ende, aumentaría las probabilidades de tener dificultades durante el parto (distocias).
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Qué características debería tener el alimento de la madre durante la gestación y la lactancia
Se recomienda que al menos dos semanas previas al apareamiento, se le ofrezca a la hembra canina un alimento de elevada calidad y digestibilidad, para que, al iniciar la etapa de gestación, ella ya se encuentre totalmente adaptada al nuevo alimento, evitando así, realizar cambios abruptos durante esta etapa.
Durante la gestación y la lactancia, se requiere un alimento que tenga una mayor densidad nutricional, ya que las necesidades energéticas y nutricionales de la madre aumentan, y se pretende que ésta pueda satisfacer sus necesidades sin que sea necesario consumir una cantidad excesiva de alimento, y a su vez evitando posibles alteraciones gastrointestinales.
El alimento a administrar debe tener como fuente proteica principal, proteínas de origen animal, en un nivel del 28-30% del alimento, asegurándonos que contengan los aminoácidos esenciales, ya que su deficiencia, impactaría negativamente sobre la secreción y liberación de gonadotrofinas, provocando el nacimiento de cachorros inmaduros en su desarrollo, y aumentando el riesgo de muerte neonatal. En las hembras felinas, el nivel de proteína debe ser levemente más alto (aproximadamente 32%). Se recomienda para ambas especies, que el alimento tenga un mínimo de 20% de grasas.
A su vez, la dieta de la madre debe aportar ácidos grasos esenciales (Omega-6 y Omega-3), idealmente equilibrados en una proporción 5:1 ó 10:1, para que los fetos los reciban a través de la placenta y después del nacimiento, a través de la leche.
Es de particular importancia para las madres y sus fetos, el ácido graso n-3 docosahexaenoico (DHA), ya que éste, es esencial para el desarrollo normal del sistema nervioso y de la retina tanto en caninos como en felinos.
También es importante conocer que, durante la gestación, las hembras experimentan un aumento del estrés oxidativo, debido al mayor consumo de oxígeno y a los cambios metabólicos asociados a la preñez, por ende, se sugiere asegurarse de que el alimento contenga antioxidantes como Vitamina E, Vitamina A y Magnesio. La deficiencia de Vitamina E podría inducir degeneración muscular y consecuente debilidad en los cachorros y, la deficiencia de Vitamina A podría ocasionar incluso abortos, reabsorciones fetales y muertes perinatales, por citar algunas consecuencias.
Qué cantidad de alimento debe consumir la madre durante la gestación

Teniendo en cuenta que el periodo de gestación en las hembras caninas, comprende aproximadamente 9 semanas, se sabe que en las primeras 5 semanas de gestación se produce menos del 30% del crecimiento fetal en cuanto a tamaño, ya que los fetos se desarrollan con rapidez, pero se conservan pequeños hasta el último tercio de la gestación; es por esto, que el peso de la madre sólo sufre un ligero aumento al igual que sus necesidades nutricionales. Pero de la sexta a la novena semana de gestación, el peso y el tamaño de los fetos aumenta considerablemente, alcanzando aproximadamente el 75% del peso y la mitad de su longitud hacia los días 40 y 55 de gestación. Hacia el momento del parto, el peso corporal de la madre canina debe haber aumentado un 15-25% con respecto a su peso durante el apareamiento.
Si la hembra canina tiene un peso ideal en el momento del apareamiento, no es necesario aumentar la ingesta de alimento hasta la quinta semana de gestación, contrario a la creencia popular de que apenas la hembra es apareada, debe recibir una mayor cantidad de alimento, ya que, para este periodo, un aumento de la ración es innecesario y podría generar una excesiva ganancia de peso indeseada. Posterior a la quinta semana, la ración de comida diaria se debe aumentar gradualmente de tal manera que, para el momento del parto, la hembra este consumiendo diariamente entre un 25 a un 50% más de lo que consumía normalmente en su alimentación de mantenimiento.
A medida que, aumenta el tamaño de los fetos, hay una reducción del espacio abdominal en la madre, y por ende su tracto digestivo cuenta menor espacio para expandirse después de que ésta come; por esta razón, es usual que las hembras gestantes padezcan un periodo transitorio de pérdida del apetito. Ante esto se sugiere proveerle la ración diaria, repartida en pequeñas porciones, varias veces al día, sobre todo durante las últimas semanas de gestación, de tal manera que el consumo de la cantidad adecuada de alimento diario, no se vea limitado, ya que su peso podría disminuir por debajo de lo ideal, y la madre podría tener dificultades para mantener su condición corporal, debido a las altas demandas energéticas que posee.
En el caso de las hembras felinas, el patrón de ganancia de peso a través de la gestación es un poco diferente ya que éste aumenta de manera lineal a partir de la segunda semana de gestación, y hacia el momento del parto, el peso corporal de la madre felina suele aumentar un 12-38% con respecto a su peso antes de la preñez.
Es de especial importancia que su alimentación contenga taurina, ya que tanto la tasa de concepción como el peso de los gatitos al nacer, se pueden ver reducidos en madres felinas que reciben dietas con bajos niveles de taurina. En cuanto a la ración de alimento diaria, ésta debe ser aumentada de manera gradual desde la segunda semana de gestación hasta el parto, de tal manera que hacia el tercio final la madre felina esté consumiendo un 25-50% más, de lo que consumía antes de la gestación. Para esta especie en particular, se recomienda ofrecer el alimento bajo un consumo libre.
Muchas hembras caninas suelen perder el apetito y rechazan el alimento aproximadamente 12 horas antes del parto, sin embargo, una vez hayan dado a luz a todos sus cachorros, se les debe ofrecer agua fresca y alimento; algunas de estas madres empiezan a comer 24 horas posteriores al parto.
Es muy importante la disponibilidad de agua constante para la madre, ya que los requerimientos diarios de la misma aumentan durante lactancia, y garantizar su consumo adecuado, favorece la producción del volumen suficiente de leche para sus cachorros.
Qué cantidad de alimento debe consumir la madre durante la lactancia
Durante la lactancia, las hembras caninas y felinas tendrán requerimientos energéticos 2-3 veces mayores a los de mantenimiento, por tanto, se recomienda aumentar la ración del alimento ofrecida a la madre como lo indica la tabla a continuación:
Semana de Lactancia | Porcentaje de alimento adicional que se debe ofrecer, con respecto a la dieta de mantenimiento (diario) |
Primera semana | Aumentar ración 50-100% |
Segunda semana | Aumentar ración 100 % |
Tercera y cuarta semana | Aumentar ración 150%-200% |
(Case et al, 2013)
Por lo general, hacia el final de la cuarta semana, se empezará a introducir en la dieta de los cachorros, alimentos sólidos; por lo que la demanda de leche irá disminuyendo en las siguientes semanas, y el interés de la madre por el amamantamiento tenderá a declinar. A medida que esto sucede, se debe ir reduciendo lentamente la ración de alimento diario de la madre, de tal manera de que cuando los cachorros lleguen a la edad del destete (7-8 semanas), la ingesta de alimento de la madre se encuentre menos de un 50% por encima de la dieta de mantenimiento, y hacia la tercera semana posterior al destete se debe estar ofreciendo nuevamente sólo la ración de mantenimiento para la madre.
Se deben usar suplementos de vitaminas y minerales durante estas etapas?
Con frecuencia, los criadores de caninos y felinos, añaden a la dieta de las hembras en etapa de gestación y lactancia, suplementos de calcio, pero esto no siempre es necesario e incluso podría llegar a ser contraproducente, ya que al aumentarse los niveles de calcio en sangre, se podría inducir una deficiencia de magnesio y zinc y también generar una regulación negativa de la síntesis y secreción de una de las hormonas importantes para la movilización y la absorción del calcio,(la hormona paratiroidea o PTH), reduciendo así la capacidad de la madre para satisfacer las altas demandas de movilización del calcio, particularmente al inicio de la lactancia.
De esta manera, la madre estará en riesgo de desarrollar, hacia el momento del parto o 2-3 semanas más tarde, una alteración en sus mecanismos de regulación del calcio en sangre, y no podrá mantener los niveles adecuados a medida que aumenta la demanda de este mineral, durante la producción de leche; este desorden se conoce como eclampsia, y podría poner en peligro la vida de la madre de no ser diagnosticado y tratado oportunamente. A pesar de que los requerimientos del calcio claramente aumentan durante la gestación y la lactancia, esto se puede suplir con el aumento de la ración del alimento, según lo indicado anteriormente y no utilizando suplementos, a no ser que sea indicado por el Médico Veterinario.
En cuanto a los suplementos vitamínicos, podrían llegar a ser necesarios en algunas situaciones donde la dieta ofrecida no garantice el aporte suficiente, sin embargo, es importante, que esta formulación sea llevada a cabo según el criterio del Médico Veterinario.
En conclusión, garantizar la alimentación adecuada de acuerdo a los requerimientos nutricionales de cada etapa, es imprescindible para que la madre lleve a cabo su gestación de manera óptima, y pueda ofrecer a sus cachorros un alimento de alta calidad nutricional, que contribuya con un desarrollo saludable de los mismos, sin que esto genere desbalances en el bienestar físico de su madre.
Bibliografía disponible en: geneticacaninacolombiana@gmail.com
Alejandra Barbosa
Pasante, Clínica Veterinaria Universidad de La Salle
Catalina Silva Silva M.V, Especialista Medicina Interna
Neonatología Veterinaria