Antes de buscar las causas potenciales de infertilidad en la perra, valoraremos al macho.
La razón principal es que los machos son mucho más fáciles de estudiar; el macho normal tiene fertilidad permanente, es decir, produce espermatozoides de manera continua, la hembra solo es fértil entre 1 y 3 semanas al año.
El método más sencillo para el establecimiento de la fertilidad masculina es la revisión de los antecedentes reproductivos del perro.
En general se puede asumir que todo perro que haya sido padre de una o varias camadas en los 1-4 meses precedentes es fértil.
No obstante, la fertilidad del macho deberá demostrarse mediante la evaluación de su semen.
Un análisis de semen normal es el primer paso para confirmar que el macho no es un problema; aunque cualquier macho puede tener algún análisis anormal de forma aislada.
Si los análisis seminales anormales se repiten en el tiempo, podemos estar ante un perro infértil.
Debemos empezar por una buena anamnesis y un examen físico detallado, ya que pueden revelar una anormalidad no relacionada inicialmente y que puede ser la causa última de la infertilidad.
A continuación emplearemos métodos de diagnósticos por imagen:
Ecografía testicular y prostática
Radiografías de próstata y
Aparato urinario
Y podremos completar el estudio del macho con análisis hormonales y enfermedades infecciosas (Brucelosis) hasta llegar a un diagnóstico definitivo.
Después de todas las pruebas realizadas el perro potencialmente infértil se debería poder incluir dentro de una de las siguientes categorías:
Perro normal: no encontramos pruebas de su infertilidad y es apto.
Perro con libido reducida – infertilidad adquirida con libido normal – infertilidad congénita con libido normal.
Tabla de Contenido
Libido reducida

La libido reducida es la consecuencia de la declinación de la testosteronemia (concentración de la testosterona en sangre) o de un problema psicogénico adquirido que conduce a la pérdida de interés en la cópula.
Obligar al macho a aparearse en momentos inapropiados, exponerlo a perras agresivas o dominantes durante el servicio, alejarlo de su territorio o manifestar un comportamiento errático puede afectar en forma negativo a la libido, en especial si esta clase de experiencias ocurren en una etapa temprana del desarrollo.
El apareamiento en un momento inadecuado del estro, el agotamiento sexual y condiciones ortopédicas dolorosas pueden también afectar a la libido.
Algunos perros tienen marcadas preferencias por una perra en concreto, de modo que manifiestan una libido inconstante con las demás.
En raras ocasiones, la disminución de la capacidad olfatoria puede inhibir la libido alterando la percepción que tiene el animal de las feromonas.
El descenso de la testosterona puede tener su origen en una alteración del testículo (que descartaremos con ecografía) o en un problema hormonal causado por una disfunción del tiroides, un tumor testicular o incluso por la administración de ciertos fármacos.
En estos pacientes puede ser complicado obtener un eyaculado, pero debe intentarse; de conseguirse, evaluaremos la calidad del esperma.
Infertilidad adquirida y libido normal
Esta es la causa más común de infertilidad en los perros. La libido normal sugiere que las concentraciones sanguíneas de testosterona son adecuadas.
Debido a la gran cantidad de diagnósticos diferenciales la evaluación debe estar diseñada para progresar desde las pruebas diagnósticas relativamente fáciles y económicas a los métodos complementarios más costosos y complicados.
Debemos investigar tres áreas fundamentales:
Revisar las prácticas de manejo reproductivo, poniendo especial interés en los métodos empleados por el propietario para determinar:
Cuándo se debe montar a la perra
Cantidad de apareamientos durante el estro
Concreción del abotonamiento
Estado de fertilidad de la perra
Frecuencia de uso del macho y su experiencia sexual.
Medicaciones administradas en la actualidad o en el pasado al paciente.

Enfermedades
traumas o estados de estrés actuales o pasados (viajes frecuentes para las montas, concursos, etc.)
La evaluación seminal nos dirá qué tipo de problema existe en el eyaculado:
Azoospermia: Es la ausencia completa de espermatozoides en el eyaculado, asociada normalmente a líquido seminal normal. Habitualmente relacionado con problemas hormonales o fármacos dañinos.
Oligospermia: Disminución en el número de espermatozoides por eyaculado, con lo que la fertilidad del macho será normalmente más reducida. Es más frecuente en perros de avanzada edad.
Teratozoospermia: Es el incremento de la cantidad de espermatozoides anormales en el eyaculado que también deriva en menos fertilidad. Las enfermedades y las causas inflamatorias en aparato genital son las más frecuentes responsables.
Astenozoospermia: Es la reducción de la motilidad de los espermatozoides. El origen del problema es similar al de la Teratozoospermia.
Líquido seminal anormal: Por contaminación con orina (problemas urinarios), sangre (por problemas prostáticos), bacterias, etc.
Infertilidad congénita y libido normal
Un perro que nunca ha engendrado a pesar de haberlo intentado en múltiples ocasiones debe considerarse congénitamente infértil hasta que se demuestre lo contrario.
Debemos prestar especial atención a los problemas del desarrollo sexual, los defectos anatómicos (ausencia de testículos en posición escrotal o criptorquidismo) y defectos funcionales de los espermatozoides.
La evaluación diagnóstica para la infertilidad congénita se basa en la anamnesis y examen físico detallados.
Las anormalidades de la diferenciación sexual, cromosómicas o del desarrollo que ocurren en machos aparentemente normales y son infértiles comprenden el pseudohermafroditismo femenino o la inversión sexual.
Causas de infertilidad en la perra
La infertilidad o problemas de infertilidad en la perra son frecuentes, y abarca una lista enorme que va desde problemas anatómicos a fisiológicos, de comportamiento e incluso de manejo por el propietario.
Lo primero, como siempre es obtener la información más detallada posible de la historia de la perra (anamnesis), considerar su edad y la raza para ver si los intervalos interestruales son los normales, y posteriormente hacer el examen físico.
Examinaremos la vulva, las secreciones vaginales, haremos una exploración digital del vestíbulo y la vagina, palparemos las mamas y el abdomen, y finalizaremos con un examen rectal en busca de fracturas previas.
Al igual que en los machos descartaremos la presencia de brucelosis, y utilizaremos los métodos de diagnóstico por imagen y los análisis hasta dar con la causa de la infertilidad.
Podemos clasificarlas en 6 tipos:
Hormonales: Problemas tiroideos, del eje hipotálamo-hipófisis, glándulas adrenales o alteraciones en los ovarios.
Genéticas: Alteraciones cromosómicas, conductos sexuales embrionarios remanentes, hermafroditismo
Latrogénicas: Por la administración de fármacos (quimioterápicos, hormonales, antibióticos, anticonceptivos)
Infecciosas: Bacterias, virus, hongos.
Nutricionales: Deficiencias vitamínicas, minerales o proteicas
Manejo: Mala determinación del momento para la monta o inseminación.
Descartados los problemas hormonales o anatómicos, e incluso previamente a realizar todas las pruebas que nos van a llevar bastante tiempo y que van a ser costosas, debemos estudiar los problemas de comportamiento y, sobre todo, el manejo erróneo por parte del propietario, que suele ser la causa más frecuente de infertilidad.
Los criadores con experiencia se dejan llevar por ella para intuir los días apropiados para la monta pero, la misma perra puede tener ciclos de diferente duración y de ovulación en días diferentes, habiéndolo hecho en un ciclo el día 10, por ejemplo, y en el siguiente haciéndolo 3 días más tarde, con lo que las montas programadas “como siempre” no van a funcionar.
Para evitarlo, un control de celo con frotis vaginales seriado y progesteronemia en sangre serán la solución a la mayor parte de los problemas de fertilidad en las perras.
Miguel Ángel Valera